MÉTODO

Coloque la harina, la levadura, el azúcar y la sal en un bol grande y mézclelo.

Coloque 280 ml de agua en un recipiente apto para microondas o en una olla pequeña y caliente sin que hierva.

Agrega 50 g de mantequilla y deja que se disuelva.

Una vez se haya templado, vierta el agua con mantequilla en el tazón de harina.

Usando la batidora manual con la doble barilla, comience a mezclar la masa para que forme una bola. Mezcle solo con las velocidades 1 o 2.

Continuar amasando durante 5 minutos más, hasta que la masa esté suave y elástica.

Agregue un poco de aceite a un bol grande y limpio, colocando la masa dentro. Cubra sin apretar con un envoltorio aceitoso. Deje reposar, idealmente en un lugar cálido para que suba durante 1 ½ -2 horas hasta que duplique su tamaño.

Unte una fuente grande para hornear de unos 23 x 33 cm con un poco de aceite de oliva, espolvoreando la base y los lados con polenta.

Retirar la masa del bol y colocar sobre una superficie enharinada. Amasar suavemente para eliminar el aire.

Quite pequeños trozos de masa, aproximadamente del tamaño de una nuez, y enróllelos hasta hacer bolas pequeñas.

Coloque en la fuente para hornear dejando espacio entre cada bola, ya que la masa al hornearse crecerá.

Continuar haciendo bolas con la masa hasta terminarla.

Coloque en un lugar cálido y seco para que las bolas de masa dupliquen su tamaño.

Precaliente el horno a gas 6 / o bien 200ºC / 180ºC ventilador.

Derrita la mantequilla restante y agregue el ajo picado.

Unte la masa con la mantequilla de ajo antes de esparcir el queso rallado.

Hornee en el horno durante aproximadamente 25 minutos hasta que estén doradas.

Retirar y dejar enfriar un poco antes de sacarlo de la lata.

Cúbralo con la mantequilla restante antes de servir y espolvoree con el perejil picado.